miércoles, 13 de septiembre de 2017

La Rueda de la Mujer Cíclica: Ritual de Otoño


Honrando la ley de los ciclos:

El tiempo cíclico nos da la oportunidad de volver a pasar por un camino que ya hemos transitado y así modificarlo. A través de la repetición nos damos cuenta de dónde caemos en patrones que ya no sirven a quienes somos. El paso por la rueda del tiempo tiene como objeto la transformación, en su movimiento tiempo y espacio se ponen en marcha y nos traen la cualidad específica del momento.

¿Qué es para ti el otoño? ¿Comienzo, recogida de frutos, entrada en la oscuridad?

Asimismo, el paso de los ciclo nos invita a contemplar los fenómenos de nuestra vida desde el desapego, cada ciclo tiene su proceso y termina para dar paso a otra cosa diferente, que será la energía que la vida nos pide activar en ese preciso momento, porque cada etapa necesita su tiempo para crecer, desarrollarse y de ahí dar paso a algo nuevo. Algo que no podría existir sin habernos despojado previamente de lo anterior. Aquello que nos duele tanto también pasará, será arrastrado por la marea del tiempo y preparará nuestra conciencia para lo que ha de venir. Aquello que amamos también tomará otra expresión, y será bello, porque será la forma que tiene la vida de expandirse en otra dirección, hacia otro misterio. Crecer y decrecer, concentración y expansión, exhalación e inhalación, entrar en el ciclo y volver a salir de él extrayendo todo lo que nos ha enseñado. 

Honrando los ritmos: 

Seguir los ritmos de la naturaleza, de las estaciones, de la luna, del ciclo menstrual, de la salida y puesta de sol cada día, nos permite conocer la energía disponible en ese momento y utilizarla a nuestro favor, entender que hay momentos de quietud, vacío y soledad que son tan importantes como los de expansión y movimiento. Entender que las cosas no tienen que pasar ahora, que siguen un crecimiento que les es propio y que es el soplo del alma el que busca el momento preciso para hacer que se manifiesten. Escuchar el ritmo que nos rodea puede ayudarnos a afinar nuestros sentidos interiores y conectarnos con nuestro ritmo interno, el que responde a nuestra verdadera naturaleza. De esta manera, al alinearnos con la vida, nos encontramos en nuestro potencial, en nuestra verdad.

"¿De qué está hecho el cuerpo? De vacío y ritmo. En el núcleo definitivo del cuerpo, en el núcleo o corazón del mundo, no existe solidez alguna. Una vez más sólo la danza."
                                                                                                      George Leonard

El próximo sábado 23 de septiembre daremos la bienvenida al otoño a través de un encuentro en el que compartiremos nuestro momento presente y nuestros deseos e intenciones para este nuevo ciclo. Realizaremos un trabajo de movimiento consciente y llevaremos a cabo un ritual con una meditación.

Hay que traer un objeto pequeño, como una piedra o un colgante, para cargarlo con la energía de la intención.

Os esperamos


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